sábado, 5 de mayo de 2012

La Luna y Sombra, el guerrero


El lugar en que ocurrió no tiene geografía que lo señale. Sombra, el guerrero, todavía no era guerrero ni era aún Sombra. Cabalgaba la montaña cuando le dieron la noticia.

"¿Dónde?", preguntó.
"Allá, donde la hendidura de la montaña", fue la vaga referencia que le dieron.
 
Cabalgó Sombra, que no era Sombra todavía. La noticia recorría las cañadas de extremo a extremo:
 

"La Luna. Cayó. Así nomás. Como que se desmayó y se vino a caer. Despacito vino, como no queriendo. Como no me miren. Como no den cuenta. Pero bien que la miramos. Como que paró sobre el cerro y luego se fue rodando hasta el fondo del barranco. Allá fue. Claro lo vimos. Era luz, pues. La Luna era."
 

Llegó Sombra al borde del barranco, se apeó del caballo. Despacio bajó al fondo. La encontró a La Luna. Con mecapal la rodeó. Sobre su espalda la cargó. Subieron Luna y Sombra montaña arriba. Sombra sobre el camino, Luna sobre Sombra. Llegaron hasta la punta más alta del cerro. Para lanzarla de ahí de nuevo al cielo, dijo Sombra. Para que de nuevo anduviera Luna los caminos de la noche. No quiero, dijo Luna. Acá quiero quedar, contigo. Tibia será mi luz para ti, en la noche fría. Fresca en el ardiente día. Tú me traerás espejos que multipliquen mi brillo. Contigo quedaré, acá. Sombra dijo no, el mundo, sus hombres y mujeres, sus plantas y animales, sus ríos y montañas, la Luna necesitan para bien mirar su paso en la oscuridad, para no perderse, para no olvidar quienes son, de donde vienen, a dónde van. Discutieron. Tardaron ahí. Los murmullos eran luces morenas, sombras luminosas. A saber qué más se dijeron. Tardaron. De madrugada se irguió Sombra y con el mecapal lanzó a La Luna de nuevo al cielo. Enojada iba Luna, molesta. En lo alto, en el lugar que los dioses primeros le dieron, quedó la Luna. Desde ahí Luna maldijo a Sombra. Así dijo :
 
"Desde ahora Sombra serás. Luces verás pero no serás. Sombra caminarás. Guerrero serás. No habrá para ti rostro, ni casa, ni reposo. Sólo camino y lucha tendrás. Vencerás. Encontrarás, sí, a quien amar. Tu corazón hablará en tu boca cuando "te quiero" digas. Pero Sombra seguirás y nunca encontrarás quien te ame. Buscarás, sí, pero no encontrarás los labios que sepan decir "tú". Así serás, Sombra, el guerrero, hasta que ya no seas"
 
Desde entonces, Sombra es quien ahora es: Sombra, el guerrero. A saber cuándo y dónde fue y será.

Todavía falta hacer ese calendario, todavía falta inventar esa geografía.


Todavía falta aprender a decir "Tú".
Todavía falta lo que falta…

Chiapas ... Sub. Marcos

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