viernes, 12 de diciembre de 2014

El mural de la Anunciación de Jorge Yapur Sherife






La Catedral de Tampico, dedicada a la Inmaculada Concepción, es el principal templo católico del puerto. Está ubicada frente a la Plaza de Armas, en el centro histórico de la ciudad.

A partir de 1996 hasta 1999 el artista Jorge Yapur Sherife dirigió la restauración de la Catedral de Tampico, cuyos trabajos fueron avalados por la Secretaría de Educación Pública , en la dirección de Monumentos y Sitios del Patrimonio Nacional. Cabe mencionar que fundó e impartió los Diplomados de Restauración con validez oficial por la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Posteriormente realiza el mural de la Anunciación en el Altar Mayor de la parroquia de Santo Ángel, en Tampico,Tamaulipas.




Producto de una imaginación fecunda, el mural es una composición en la que el tiempo y el espacio parecen conjugarse para mostrarnos, en un solo episodio, el origen del universo y su expansión: En el centro está Dios, representado convencionalmente como una figura humana, sobre el trono de la Rosa Blanca. Irradia una luz intensa que nos descubre el cosmos , es una señal de que su poderío creativo está detrás, incluso de los misterios fundamentales que la ciencia busca develar infructuosamente.

Desde su cono de luz se desprenden, uno a uno los diez Círculos del Paraíso que menciona Dante; una imagen semejante, quizás, a la expansión de ondas de fuerza posteriores al Bing Bang,el acontecimiento que los científicos describen como el origen de todas las cosas.

A mano izquierda del creador, el Angel Gabriel acuna en sus brazos al niño Jesús, y se desplaza sobre los ángeles más pequeños que surgen mágicamente del espacio. Su penacho es excepcionalmente bello, un tzalmintalab, como el que usaban los caciques huastecos; un frondoso plumaje que se extiende hacia su espalda, pleno de diminutos rostros angélicos y juguetones, de ovejas y de serpientes. A mano derecha, la paloma blanca simboliza el Espíritu Santo, aleteando con libertad delante del círculo luminoso que desprende su celestialidad. Con esta figura se completa la Santísima Trinidad . Hasta aquí todo es una santidad poética de la bondad y de la belleza.




También en el centro, pero en la parte inferior, la Virgen María espera con una mano extendida y la otra sobre su vientre, a que el Ángel le entregue al niño Jesús.


Ella es el símbolo de la purísima concepción, de la comunicación posible entre lo humano y lo divino,del contacto supremo de lo terrenal con lo celestial. De hinojos sobre el planeta, concretamente sobre el territorio de Asia menor, la Virgen representa el culto de los hombres al Todopoderoso.

En un desdoblamiento, a sus espaldas,  el pintor la convierte en la Guadalupana, dibujada en un plano más alto sobre el mapa de la República Mexicana. Cerca de ella otro símbolo nacionalista: la cabeza de Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, no dibujada aquí como la manifestación del mal, sino como un punto de identidad de los mexicanos. En cambio la víbora que rodea a la Virgen, ésa sí, simboliza la idea bíblica del pecado original.

En torno de los personajes centrales, el espacio sideral y su vastedad,su belleza y su misterio.El mural , en sí, es una totalidad que simboliza, además, el Génesis bíblico del universo, sin obviar la representación mínima de las teorías científicas formuladas al respecto. No en vano están pintadas las 24 constelaciones más importantes, entre las que se encuentran las zodiacales.Dos angelicales querubines parecen acomodar el universo. En resumen, todo un juego de colores, rico en matices. Este mural se encuentra ubicado en el interior de la parroquia del Santo Ángel, en el altar principal.



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