sábado, 14 de marzo de 2015

Rafael Alberti en Tamaulipas-Por Raúl Sinencio Chávez




Longevo e inspirado, el poeta andaluz Rafael Alberti vive de 1902 a 1999. Cruza el siglo como en uno de sus poemas: “Nadie, nadie, nadie, que en frente no hay nadie;/ que es nadie la muerte si va en tu montura./ Galopa, caballo cuatralbo,/ jinete del pueblo,/ que la tierra es tuya”. Este brioso galope termina llevándolo a suelo tamaulipeco.
 
Vuelta
 
Junto con la escritora María Teresa León, esposa de él, desembarca en Veracruz el 11 de mayo de 1935. Enseguida ambos parten a la capital del país y hablan ante “multitud de organizaciones obreras”. El mandato del presidente Lázaro Cárdenas recién inicia, lo que favorece los movimientos reivindicativos. El Anfiteatro Bolívar aloja el acto de arranque, “con tanto éxito […] que” el público “no cabía en la enorme sala”. Llenan al tope asimismo el Teatro Hidalgo, al que asiste “el poeta Carlos Pellicer, considerado […] el mejor de México” y “sus palabras causan […] gran sensación”.
 
El terruño hispano vive horas cruciales, luego de la huelga general del año previo, reprimida con notoria brutalidad. Alberti y María Teresa denuncian las injusticias, al tiempo que defienden “la insurrección de Asturias”. Meses adelante el Frente Popular gana los comicios y estalla allá la guerra civil, mientras que aquí Cárdenas nacionaliza en 1938 la industria petrolera.
 
Tras algunas semanas en la metrópoli capitalina, realizan dos giras tierra adentro. Primero salen rumbo a Morelia, invitados por la universidad, que costea la ida y el hospedaje. Consiguen nutrida audiencia. Debían reunir dinero que financiara el regreso, pero lo impide tremenda pobreza. En consecuencia, tienen “que pagar el viaje de vuelta”.
 
Zonas
 
La segunda gira les permite conocer Tamaulipas. Ocurre hacia fines de julio 1935, cuando por vía aérea llegan a Tampico. Lo hacen en mejores condiciones –reconoce el también pintor--, pues la propaganda y los boletos de avión son por cortesía de “un español simpatizante”.
 
En las instalaciones del aeropuerto se dan cita “delegaciones obreras, con música, banderas, estandartes y franjas de salutación”. Acude “desde el alcalde, que era un obrero, hasta el jefe de la policía; salió todo el mundo” a recibirlos. Omite el nombre del presidente municipal.
 
Hospedados en céntrico hotel, toman empero conocimiento “de la campaña que estaba haciendo contra” los visitantes “el cónsul de España”. “Las tres primeras conferencias dadas en un teatro contratado anticipadamente fueron un verdadero fracaso. La gente estaba recelosa y no acudía a pesar de la enorme propaganda”. “Buscando la manera de penetrar en los sindicatos tampiqueños”, ejecuta la pareja “un plan de trabajo dentro de las zonas mismas del petróleo”.
 
Espuma
 
Reuniéndose con “obreros de las compañías Huasteca, Pierce y El Águila”, obtienen alentadora respuesta. Los escoltan “miembros de distintos sindicatos”, escuchándolos también “electricistas, sastres, taqueros, etcétera”. Después “la comunidad campesina del pueblecito de Garrapatas” los “invitó a hablar”, “emocionando mucho a aquella pobrísima gente el heroísmo de los campesinos” españoles.
 
“En vista del buen ambiente”, el alcalde porteño “organizó un gran acto en un circo para que” los escuchara “el mayor número posible de trabajadores. Hizo un llamamiento a la ciudad y se congregaron” miles de personas. “Los sindicatos enviaron sus estandartes; el ayuntamiento, la Banda Municipal”, que ameniza el mitin.
 
Al despedirlos en la escalerilla del aeroplano, el jefe edilicio les “entregó 100 pesos”. De puño y letra escribe Alberti el relato de esta visita. Aquí citado, Daniela Spencer lo descubriría en los archivos de la Internacional Comunista. Gracias a ello, recuperamos los pasos del intrépido artista por la historia de Tamaulipas: “Galopa, jinete del pueblo,/ caballo cuatralbo,/ caballo de espuma”.
 
Por Raúl Sinencio Chávez
Publicado en La Razón, Tampico, Tamps.

©2015-paginasmexicanas®

1 comentario:

  1. Alguna vez, me comentaron que Rafael Albertí había llegado a Tampico en barco y que ya en el muelle, se había negado a bajar al puerto. Con lo anterior escrito se corrige tal noticia

    ResponderEliminar