jueves, 30 de enero de 2014
Jorge Yapur: la grandeza no se entierra - Para la familia Yapur y a la memoria de un grande de Tamaulipas
¿Por qué es que aún somos bárbaros? Se preguntaba Federico Schiller en medio de los tiempos convulsos que habitó. Considerado como uno de los grandes pensadores de todos los tiempos; el poeta, filósofo, historiador y dramaturgo alemán, argumentaba con ardor la importancia de “cultivar la sensibilidad estética” para formar ciudadanos capaces de vivir y participar en sociedad. Nacido en 1759, Schiller fue siempre un defensor de la libertad y creía fervientemente que la humanidad podía salir de cualquier abismo a través del arte porque tiene la clave de los secretos más íntimos del alma humana.
En ese contexto, los artistas son fundamentales porque tienen el poder de revelarnos lo esencial. Fernando Savater señala que la fuerza de los artistas reside en su habilidad para producir placer, el cual es junto al dolor, el instrumento por excelencia en la formación de las personas. Por ello, el mismísimo Platón los expulsó de la ciudad ideal, desconfió de ellos, les temía. En contrapunto, la brillantísima Iris Murdoch señala que “el buen artista nos ayuda a ver la necesidad en la vida, qué es lo que se debe soportar, qué hacer y deshacer, y a purificar nuestra imaginación hasta contemplar el mundo real, generalmente velado por los miedos y la ansiedad”.
“El artista no es el primero en descubrir o lograr algo, sino “el único” que puede crearlo”, refiere Savater, quien además afirma que si Fleming no hubiera descubierto la penicilina, si Bell no hubiera descubierto el teléfono, incluso si Colón no hubiera descubierto América, alguien tarde o temprano lo hubiera hecho. Pero si Mozart, Cervantes o Velázquez, hubieran muerto en la cuna, nadie habría compuesto la “Flauta Mágica” ni contado la historia del Quijote, ni pintado Las Meninas. Lo que cada artista crea es único, pero además se constituye en referente de su tiempo, porque el arte, el verdadero, trasciende y puede vivir para siempre. Los bellísimos poemas de Schiller son una prueba fehaciente de ello.
Hoy recuerdo al enorme Schiller para reconocer al entrañable Jorge Yapur, un grande del arte en Tamaulipas que murió el pasado cinco de enero en el seno de la huasteca que tanto amó. Todo un honor fue para mí acompañar a su familia en el homenaje que le brindaron los tampiqueños encabezados por su Alcalde, artistas e instituciones sociales, culturales y universitarias. En su memorial, un luminoso poema de la autoría de Felipe Llanas, sonó en la bella voz de Irma Meza:
“En la vida la muerte es compañera y amiga. Sentir es parte de la existencia, de la vivencia, del cariño. Prospectos somos todos. Algo hay que va más allá: La grandeza del ser. Y la grandeza no se entierra ni se olvida. Quienes quedamos en espera podemos estar ciertos que nos encontraremos en un abrazo. Que el recuerdo y la entraña no necesitan epitafio. Y que quien venció al tiempo con su obra deja la muestra de su paso en cada aurora”.
Ante el escalofrío de la belleza del poema, reconocemos la grandeza de Jorge Yapur, esa que no se entierra ni se olvida, esa que nos queda en su obra, en su brillante inteligencia, en su honestidad intelectual, en su rebeldía. Nuestra querida amiga y promotora cultural Amparo Berumen también dedicó un entrañable texto: “Poseído por una alucinación deliberada, Jorge Yapur fue atesorando formas y movimientos revestidos de alegorías sorprendentes, sugerentes. Y desdoblado por el soplo divino de los cuatro elementos nació el Huastequismo, su concepto emblemático. Explanaciones lucientes, coloreadas: estampas de aquello que los hombres de otro tiempo creyeron ver… Y vieron. Rescate imaginativo. Huasteca aire y fuego. Huasteca tierra y agua”.
Todo eso y más conlleva la grandeza del tamaulipeco Jorge Yapur, que adquirió su mayor dimensión en el gran amor a su esposa Alicia, su musa, su sostén, en el orgullo por sus amados hijos, ramas de un tronco que no muere y en el inmenso amor por su tierra natal. Personaje emblemático, Jorge refleja en su obra el alma de Tamaulipas, su esencia, su grandeza. Tamaulipas pierde con su muerte algo de su esencia, pero gana un ejemplo extraordinario, un artista que supo ser, como quería Schiller, un educador de la sociedad, un amante de la libertad, una conciencia de la sociedad.
Hasta siempre, querido Jorge Yapur, tú quien “Sólo por la puerta oriental de la belleza te abriste camino en el país del conocimiento”, tú, por quien sabemos que la grandeza no se entierra, tú quien nos abriste paso a la belleza que no muere.
Por Libertad García Cabriales
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