jueves, 20 de marzo de 2014
Juan Goytisolo:la curiosidad de Paz es vital
El escritor español detalla en charla telefónica desde Marruecos su participación en el encuentro internacional que rendirá tributo al premio Nobel de Literatura mexicano y que se realizará el 27 y 28 de marzo en El Colegio Nacional.
El “ombliguismo” hispano, ese mirar lo propio y no interesarse por las culturas ajenas, ha sido, durante mucho tiempo, “una de las grandes carencias de la cultura española y latinoamericana”, afirma el escritor español Juan Goytisolo (1931).
“Esto se ha traducido en que, en lugar de ser sujetos de contemplación, nos hemos convertido en objetos de contemplación”, comenta el narrador en entrevista vía telefónica desde Marruecos.
Explica que “ya no se puede comprender la cultura española sin lo que sobre ella han escrito los hispanistas ingleses, americanos, franceses o alemanes; mientras que la contribución hispana al conocimiento de esas culturas es prácticamente nula”.
Y el poeta y ensayista mexicano Octavio Paz (1914-1998), Nobel de Literatura 1990, “es justamente uno de los ejemplos de apertura a las demás culturas”, agrega el novelista que participará el próximo jueves 27 de marzo en la mesa Paz y el mundo del siglo XXI, con una ponencia sobre Fanatismos de la identidad, a partir de las 16 horas en El Colegio Nacional.
“Esta curiosidad de Paz por otras culturas y ver la suya a través de las otras es una ruptura muy feliz, como la de (Jorge Luis) Borges en otro campo, que ha permitido a las nuevas generaciones salir de este ‘ombliguismo’ identitario que ha sido desastroso para nosotros.”
Para el reconocido intelectual y crítico implacable del mundo contemporáneo occidental, Paz “no era sólo un gran poeta, sino que como crítico literario y analista político tenía una lucidez extraordinaria”.
Advierte que, “aunque no coincido siempre con él, incluso lo he admirado en los desacuerdos. Su razonamiento ilumina incluso a los que no están totalmente de acuerdo con él”.
Goytisolo narra que desde los años 50 de la pasada centuria comenzó a oír sobre la obra de Paz, pero no la podía leer, porque a la España franquista no llegaban los libros editados en México.
“Pero a principios de los 60 empecé a leer El laberinto de la soledad, su poesía, sus ensayos y realmente me fascinaron. No obstante, el verdadero encuentro amistoso entre los dos fue hacia finales de los 60 en París. En enero de 1968 nos vimos y me hizo una dedicatoria muy amable. Luego lo vi en distintas ocasiones en París, Madrid, Barcelona y México, lo que ha sido un privilegio”, cuenta.
Añade que, ahora, los escritores de las generaciones posteriores a la suya lo leen y ya forma parte de los autores llamados “imprescindibles”.
“He leído muy atentamente dos de sus obras maestras. Una es el libro sobre Sor Juana Inés de la Cruz. Es una maravilla, no hay otra palabra. El análisis que hace de la Nueva España, de la sociedad de la época, de la asfixia intelectual y de la valentía de una mujer que decide escribir en un contexto tan misógino; definitivamente se trata de un libro conmovedor.
“Y, por otra parte, Vislumbres de la India, al que voy a referirme en la ponencia que he preparado, evocando la curiosidad intelectual de Paz por la cultura y el subcontinente hindú”, asegura.
El ganador en 2002 del Premio de Ensayo y Poesía Octavio Paz destaca que en la época actual es fundamental abrirse a otras culturas e interesarse por ellas. “En España se me ha reprochado siempre mi interés por la cultura árabe. Y les respondo que a qué viene esa falta de interés cuando tenemos centenares de palabras de origen árabe, injertos árabes en la sintaxis española, es decir, aprendiendo el árabe he aprendido mucho sobre la propia España. La curiosidad de Paz es vital. He aprendido mucho de la India leyéndolo”.
Pasión por México
El autor que también cultiva géneros como el reportaje, la literatura de viajes o las memorias, que vive a caballo entre Marraquech, París, Estados Unidos y España, aprendió “a amar a México” a través de la obra de Octavio Paz, confiesa.
“México es, en efecto, un país fascinante. Releía hace poco El laberinto de la soledad y ese análisis que Paz hace de los distintos estratos que componen el México actual es realmente admirable; libros así son totalmente necesarios”.
El autor de Juegos de manos (1954) y El exiliado de aquí y de allá (2008) asegura que siente una gran curiosidad por México. “Es uno de los países en lengua española que más me han atraído. Me encuentro muy bien en México. Cuando estoy ahí me siento absolutamente en mi propia casa. Por la complejidad, la riqueza cultural que tiene y por los elementos que componen esta cultura”.
Le da gusto regresar al país que vio nacer al autor de Libertad bajo palabra, aunque no fue aquí donde lo vio por última vez. “Nuestro último encuentro fue en París. Tuvimos una larga conversación. Él sabía que estaba enfermo. Fue una entrevista muy emocionante, porque hablamos de todo. Él me habló de una forma muy bella de Carlos Fuentes, lamentando el mal entendido que hubo entre ellos. Fue una entrevista memorable. Conversar con él era siempre un privilegio”.
Goytisolo, quien acaba de publicar el poemario Ardores, cenizas, desmemoria, integrado por nueve poemas, se niega a adelantar el libro que está escribiendo. “Es un secreto entre yo y yo. Trabajo en cosas que no tengo prisa en publicar”, dice.
Hoy, sesión solemne para Paz
“Una pregunta, ¿y las letras de oro, cuándo? Se las debemos también a Octavio Paz”, recordó desde su curul el diputado federal del PRD Fernando Belaunzarán.
El cuestionamiento quedó sin respuesta en el salón de plenos del Palacio Legislativo de San Lázaro que este mediodía será sede de la ceremonia solemne con motivo del centenario del natalicio del Nobel.
Para formalizar el formato de la sesión, programada a las 11 horas de hoy, los diputados avalaron en votación económica el acuerdo que para tal efecto tomó la Junta de Coordinación Política (Jucopo).
Su contenido se dio a conocer al pleno: primero habrá una intervención de la presidenta de la Comisión Especial para Conmemorar el Centenario del Natalicio de Paz, la diputada federal Sonia Rincón Chanona, de Nueva Alianza.
En seguida se hará entrega a un reconocimiento a la viuda del Nobel, Marie-José Paz Tramini, quien ofrecerá un mensaje.
Posteriormente, en representación de la Cámara, tomará la palabra el presidente de la Mesa Directiva, el diputado federal del PAN José González Morfín.
El acto concluirá con la entonación del Himno Nacional en un salón de plenos que hoy acogerá a intelectuales, funcionarios, diplomáticos y creadores.
A mano alzada, los diputados aprobaron el formato de la ceremonia.
Pero antes los diputados Ricardo Mejía, de Movimiento Ciudadano, y el propio Belaunzarán manifestaron la conveniencia de que la ceremonia incluyera mensajes de reconocimiento a la obra de Paz de parte de las siete bancadas representadas en el Congreso.
“Nos parece que se ha hecho un buen esfuerzo para llegar a esta sesión solemne, pero que es importante que no quede únicamente como una rememoración, sino que se pueda explorar el pensamiento de Paz, sobre todo su pensamiento político, porque marcó en diferentes momentos una posición crítica frente a los excesos del poder, frente a lo que él llamó el ogro filantrópico”, argumentó Mejía.
El perredista secundó la iniciativa al considerar que la obra literaria de Paz no puede separarse de su vida política.
Comentó que el escritor fue siempre “provocadoramente valiente” frente a “los inquisidores de la ortodoxia” tanto de los regímenes totalitarios como del priista.
Llevar el nombre de Paz al Muro de Honor de la Cámara se ha desechado varias ocasiones; tampoco prosperó en la coyuntura del natalicio.
¿Dónde y cuándo?
El tributo a Paz será el 27 y 28 de marzo en El Colegio Nacional (Luis González Obregón 23, Centro Histórico), a partir de las 10 horas.
Por Virginia Bautista
Con información de Excelsior
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