jueves, 19 de mayo de 2016

Sandino en Tamaulipas- Por Raúl Sinencio Chávez


18 de mayo de 1895-21 de febrero de 1934




Prominente sitio ocupa Augusto César Sandino entre los héroes de Nicaragua. Alcanza incluso amplia proyección en América Latina. Casi desapercibido pasa empero que al encumbramiento del personaje sirve de antesala Tamaulipas.

Destrezas

Hacia mayo de 1923 Sandino remonta la bocana del río Pánuco y desembarca en parajes tamaulipecos. A los 28 años de edad, pisa tierras de México por vez primera. El arribo entona con la época. A numerosísimos inmigrantes de origen variopinto aloja en aquellas fechas el sureste extremo de la entidad.

Median sólidos motivos. Porque la zona concentra también gran cantidad de firmas extranjeras, atraídas por el oro negro. Prepotentes, saqueadores, los inversionistas del ramo lo exportan a través de Tampico, puerto marítimo. El año previo la actividad extractiva acusa retrocesos y miles de obreros terminan despedidos. Sin embargo, las oportunidades laborales continúan para la mano de obra especializada.

Al joven Sandino esto lo anima. Posee experiencia, aparte de estudios. Tras enfrentarse a despótico ricachón, en 1921 abandona el terruño. Las circunstancias lo conducen a desempeñarse en un ingenio azucarero de Honduras. Presta luego servicios de mecánico a la United Fruit en Guatemala. Instruido y con destrezas fabriles, llegado a la Babel de Tamaulipas lo contrata la South Pennsylvania Oil Company.

Enseñanza

A contrapelo del bajo perfil que desea conservar, nada inadvertido pasa en la comunidad anfitriona. Operario de la empresa Waters-Pierce, Félix Chávez Olivares recuerda: Sandino tenía fama de tacaño. Abstemio, carente de familia, subsiste con extrema modestia. Pese al clima húmedo y caluroso del trópico, calza en forma cotidiana las botas de trabajo, que suben hasta la rodilla. Ahorra cuanto puede, a la espera de regresar con los suyos y atender compromisos emancipadores, según Chávez Olivares.

Ácrata del grupo Hermanos Rojos, afirma Gonzalo Ruiz Carrillo que el istmeño vive en frágil cuartería de madera al fondo de la hoy calle Emilio Carranza de Ciudad Madero, cerca del Pánuco. El sindicalista Eucelio Serna Hernández señala que en Mata Redonda, frente a la ribera tampiqueña, Augusto César es fogonero de la Huasteca Petroleum Company. En agosto de 1925 el consorcio del Tío Sam lo traslada a Cerro Azul, Veracruz.

El área reporta mientras importantes huelgas. La de electricistas triunfa en 1923; obtienen lo propio al siguiente año los petroleros de El Águila. En ambos casos se trata de patrones ingleses. Si bien fracasa el paro de 1925 en la Huasteca Petroleum Company, logra cimbrarla a fondo. Sandino evita cualquier liderazgo. No obstante, visualiza como posible imponer serios reveses a las potencias hegemónicas. Decisiva resulta tal enseñanza.

Libres

Vía trasatlántica, desde muelles tamaulipecos sale el 15 de mayo de 1926 rumbo a Nicaragua, que padece la invasión de EUA. Ante ello, da vida al Ejército Defensor de la Soberanía, con arraigo en Las Segovias. Escasamente pertrechadas, sus fuerzas propinan tremendos golpes al enemigo.

Arrebatándolas en fieros combates, los patriotas acumulan insignias estadounidenses. “Una de estas banderas ha sido enviada a México y la tengo aquí para quien quiera verla”, anuncia el legislador de izquierda Hernán Laborde en la Cámara de Diputados el 26 de noviembre de 1928. Lo agreden representantes del oficialismo, lambiscones de la Casa Blanca.

El prócer vuelve a nuestro país en 1929, por el ofrecimiento de apoyo que le hiciera el presidente Emilio Portes Gil. Incumplidas dichas promesas, Augusto César retoma su lucha meses adelante. Humilladas, en 1933 las tropas gringas abandonan suelo nicaragüense. Antes forman la tenebrosa Guardia Nacional, dirigida por el dictador Anastasio Somoza García, que ordena el asesinato de Sandino en 1934. Henri Barbusse llamaría al exvecino de Tamaulipas “General de hombres libres”.

Por Raúl Sinencio Chávez
Publicado originalmente en La Razón, Tampico, Tamps

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